Sentado en medio de una oscura habitación, solo y encarcelado como si fuera un asesino; pasan las horas de mi vida mientras la tristeza envuelve estas cuatro paredes. En una pared, una pequeña ventana, que a la vez que me dice que afuera existe un mundo totalmente diferente al que hay aquí dentro, me recuerda también que mi sitio llega hasta los barrotes de esa pequeña ventana y que nunca pisaré el exterior.
Cierta noche, una luz apareció delante de mi iluminando todos los rincones de la habitación. De ella saliste y te acercaste a mi para besarme suavemente. Cerré los ojos mientras nuestros labios se rozaban, y al abrirlos, desapareciste, volviendo así la oscuridad y la tristeza. Fuiste un sueño. Pero aún así, lo único que aún me mantiene con ganas de vivir, es la esperanza de que vuelvas. Porque en la completa oscuridad solo un beso tuyo traería la luz.