El nuevo gobierno de Pedro Sánchez tiene un plan para garantizar las pensiones. Sin embargo, este plan podría no ser la solución para las cuentas de la Seguridad Social a largo plazo.
Debido a que se centra en aumentar los ingresos que obtendrá el país y no en controlar el gasto, este plan podría tratarse de pan para hoy y hambre para mañana.
Veamos detenidamente los cuatro puntos del plan.
- Destopar el máximo de cotización de la Seguridad Social. Significa que se aumentará la cantidad máxima a partir de la cual no se paga más a la SS. En la actualidad, una persona que gane más de 45.000€ llega al tope y no paga más por su salario; por lo que da igual que cobre 45.000, 50.000 o 100.000€ pues pagaría lo mismo y, cuando se jubilen, cobraría la pensión máxima (36.000€)
- Crear nuevos impuestos. En este sentido se baraja el impuesto a las tecnologías, aunque Pedro Sánchez asegura que tiene un efecto recaudatorio muy bajo, por lo que habría que tomar otras medidas, por ejemplo, impuestos especiales a la banca o sobre la economía digital.
- Eliminar bonificaciones a la contratación fija. Ya que este tipo de bonificaciones no están incentivando la creación de empleo tal como se esperaba y se esta volviendo un gasto importante para la Seguridad Social.
- Subida de salarios. Se habla de una subida del salario mínimo hasta los 14.000€ al año. Con esta medida se aumentarían los ingresos del sistema pero a la larga estarían creando pensiones más altas, que es justo lo que se quiere solucionar.
Todas las medidas tienen sus pros y sus contra, claro está. Pero me preocupa especialmente que se centre exclusivamente en aumentar los ingresos y no en controlar también el gasto. Siendo estas medidas un engaño, a largo plazo, para los pensionistas y una manera, quizás, de aguantar vivo y con posibilidades para las próximas elecciones.