Últimamente, España, y concretamente su televisión, me está recordando bastante a EEUU.
EEUU tiene un tonto para cada tontería. No hay tontería posible en el mundo para la que no haya un americano que se dedique a ello. Ahí están como prueba los nuevos programas de americanadas que salen en canales que surgieron hace un tiempo como Energy, Divinity y demás, o Los Simpsons, que aunque sus personajes parezcan pura ficción, son inspirados en personas reales, o en americanos reales, mejor dicho. Esos personajes existen, y EEUU está plagado de ellos.
De todos es sabido que la televisión ejerce sobre aquél que la ve un poder casi hipnótico, que no me atrevo a quitar el casi por miedo a tener que aceptar la realidad. Viendo tanto tonto por la tele, no es extraño que uno se vuelva tonto. De esta manera está surgiendo en España una generación, que si ya venía idiotizada por otros temas que no vienen al caso (y no me gusta señalar, pero el sistema educativo…), además, gracias a esos tontos americanos que salían, y salen, en televisión y sirvieron de influencia para que otros nuevos tontos españoles salieran en televisión haciendo esas mismas tonterías, y que son todos estos los que sirven de influencia para el público que los ve, se está consiguiendo idiotizar aún más a este público que lejos está de tener personalidad propia o pensar por si mismo, y que sueña con conseguir hacer alguna tontería con la que poder llegar a ser una estrella de la televisión.
¡Bendito sueño americano! Porque es este, no hay otro. Me temo que poco a poco este sueño americano se está extendiendo por nuestro país, y que pronto, si no ya, hablaremos de él como el sueño español, al que la mayoría jóvenes quieren llegar. Triunfar haciendo el tonto en la tele y a chupar del bote.