Siempre me ha encantado escribir, pero escribir a mano, nada de escribir por medio de un teclado de ordenador.
Más puro, más personal, más ¿trascendental?
Practicar esa escritura improvisada, sin poder volver atrás, sin poder borrar nada… Dejándote llevar a través del papel y tus ideas sin rumbo y sin destino de llegada.